15/6/09

Un día en ti

Ese día fue normal y también lo fueron sus delatantes miradas, ella sonreía segundos antes de mirarle y luego fue él, que mientras ella cerró su sonrisa, abría él la suya mirando a sus ojos que ahora también sonreían… Pero este fue sólo el principio de la conversación, luego llegaron las palabras y con ellas la rutina de siempre que ya le empezaba a parecer no menos interesante pero si algo monótona; nombres, edades, ideas y alguna que otra cuestión a la cual casi no se le presta atención si existe su respuesta. Si algo hizo que esa relación se alargara y tomara confianza, era la sinceridad que quizá por entregarse a otra cultura nació desde el primer momento. Más tarde iban a pedirse aún más…, del va y ven de un columpio surgió el primer contacto en su espalda, la de ella, y de la aparente curiosidad femenina por un anillo, el segundo. Ahora todo era claro, directo y sobre seguro, esta vez no se iban a desviar miradas, ni se iban a frenar las manos por un simple temblor, ni los labios iban a secarse, ni la distancia podría separarles esta vez…,(pensó él). Y así sucedió; aquella noche volvieron a verse y aunque más de una mirada se desvió, nunca dudaron. Y las manos temblaron pero acortaron distancia. Y de miradas a abrazos, y de abrazos a labios y de ahí sólo decir que no les pudo separar la fina luz de la luna que les cubría, ni les helaba la verde hierva de aquel jardín…
Y tras eso y algunos días, ni direcciones, ni cartas, ni nada. Tan sólo estas líneas para recuerdo de ese día…

Autor: Daniel Rguez.