15/11/09

Zaina Actitud

Zaheriste mi alma confiada y ciega de tus mentiras
y forjaste con tus intenciones mi corazón de acero,
prendiste con tu chispa todo aquello que es hoy no mas que frío.
No es a ti a quién odio si no al destino que me agita,
pues el odio es cual su antónimo un sentimiento fuerte y certero
y no te brindaré el lujo de sentir nada por tus hábitos.
Ahora, tras tus actos eres sólo la nada y un cero,
un segundo en mi vida que amargo hizo relucir mi ira
para aprender que en este camino se encuentran malos amigos,
una experiencia mas, un simple trofeo, un trozo material,
en eso te has quedado, a eso te has reducido, triste y vana
que pudieras haber tenido un amigo y no tengas nada…
¿Acaso se te antoja que no valgo nada? ¿Qué respondes?
¿Qué palabras me estampas de respuestas si aún tienes valor de hablar?
¿O quizás crees no me debes disculpa por mi cruda actitud?
Piensa lo ardua que fuiste cuando advirtiendo cuanto me dañabas
seguías escarbando en esa mi herida que ya cicatrizó.
Más por sana curiosidad que por extraña hipocresía
sólo me restan unas cuestiones, algunas cortas preguntas;
¿Valió mi pena tu felicidad? ¿De veras te divertía?
¿Fue algo pensado como plan macabro o surgió por casualidad?
¿Qué buscabas en mi corto tiempo, qué querías?

Autor: Daniel Rguez.