15/7/09

Libertad interior

Condenado a la escoria
por la estirpe divina
me exilio a la nada
y aíslo mi odio
en redes vestidas
con el más amargo fuego.
Pero advierto no en vano
que esto fue pasado,
mas hoy estallo
y estampo lo terco
en este papel basto.
Excremento de mundo,
sociedad de estiércol,
maldigo mi suerte
de haber nacido,
escupo y maljuro,
y creo hacer bien…,
y luego pregunto;
¿qué iluso inmundo
se atreve a negarme
mi tan confiada razón?
Pues no sois nadie,
o al menos, no más que yo.
Pudrios en vuestra propia senda
agonizad si sois capaces
de ver la diferencia
entre tanta malicia
y aquello de fábula
que llamamos bueno.
Zaherios entre vosotros
mientras hiero sin perdón
al árbol muerto, que no le duele.
Y sigo:
Muere sucio cielo
que no me das nada,
sopla viento injusto
y destruye a los débiles,
rompe marea innata
que no me importa,
se nadar y puedo…
Y ahora tranquilo
y en paz con mis sentimientos,
y sin tener por qué,
porque la razón, la tengo,
pido perdón a todos
y quedo en paz, espero,
con mi cielo, mi viento,
mi mar y mis compañeros.