1/9/11

Tributo de los enamorados

Él la besaba para demostrar que la quería
porque gustaba de los besos de retorno
y la sonrisa que encontraba en cada pausa,
la miraba con cara de torpe enamorado
y ella sonreía sabiendo que iba a recibir
los besos que aún no le había prestado.
La tenía en un pedestal, a los pies de la cima
bien orgulloso, más ciego que celoso
la vestía con halagos, razón y causa
bordándole de versos, pareados y rimas.
Él nunca le regateaba un beso
ella no dudaba en devolverle una caricia,
no había deudas de amor colmado,
no se rebosaban ninguno de los vasos
porque no enumeraban lo que recibían,
ni contaban lo que habían entregado.
Se confesaban de todo sin vergüenza,
sin cuidados de avergonzarse de los pecados,
pecaban cada día de amarse sin reparos,
pagando a veces el tributo de los enamorados.
Él la besa para demostrar que aún la quiere,
porque le gustan los besos que le retornan
y la sonrisa que encuentra en cada pausa,
la mira con cara de tonto enamorado
y ella sonríe sabiendo que recibirá,
los besos que aún no le han llegado.
La tiene en un pedestal, en lo alto de la montaña
muy orgulloso, cegado de amor y celoso,
la viste con halagos y con razón de causa
le borda de versos, pareados y rimas.
Él no le regatea nunca un beso,
ella no duda en darle una caricia,
las deudas de amor están salvadas,
los vasos no se han llenado
porque no cuentan lo que reciben,
ni cuentan nada de lo entregado.
Se confiesan de todo sin pudores
sin miedo de avergonzarse de sus pecados,
siguen pecando de amarse sin temorespagando a menudo el tributo de los enamorados.