1/6/10

La prueba de fuego.

No ansiaba ni su carne, ni su fuego interno
no quería su tiempo, no pedía su amor
no soñaba con sus ojos o con su pelo
no era fémina digna de mi poca atención.
Pero hechizaba mi ego la idea real
el hacer una conquista distinta a la actual
el saberme todavía con magia y capaz
de ganarme el alma de una chica al azar.
Era tiempo de crecer mi amor propio
y no prueba de amor a mi compañera,
era riesgo alto, ¡como de locos!
pero asunto de importancia suprema.
Entonces no contaba los juramentos
no existían mi moral y mis promesas
me supe acabado, bebido y sediento
y busqué prueba certera por respuesta.
Me avergüenza mi cruda hipocresía
me quema la peligrosa mentira,
le temo al secreto mal guardado
y a la falta errónea de mi cuidado.
Poco confío ahora en mi silencio
y sé que ese día no valió la pena
toma pues de mi experiencia mi consejo
y si llega tu hora, ¡piensa con la cabeza!

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